[Publicado en PlayGround]
Andrew, Michael, Evan y su mujer, Sarah, son los Gregory Brothers, un grupo de hermanos pelirrojos que, a pesar de cantar como los ángeles, han saltado a la fama mundial por los motivos opuestos: valerse de un programa de autoafinación para hacer cantar al mismísimo Obama en su canal de YouTube, Schomoyoho.
Si en el siglo XV Cristóbal Colón, Francisco Pizarro y Hernán Cortés desembarcaron y se hicieron con las tierras de un nuevo mundo conocido, en el siglo XXI, los nombres de los Gregory Brothers sonarían en esa lista de primeros moradores de este nuevo mundo, más conocido como Internet.
Tras colaborar con Sufjan Stevens en el proyecto The Welcome Wagon y recorrerse Estados Unidos en una furgoneta tocando su música soul-folk, los Gregory Brothers revolucionaron Internet, la canción del verano y hasta los límites de la realidad al inventarse el género musical más loco de la historia. Consiste en convertir en una canción pegadiza cualquier discurso político, noticia de telediario o vídeo viral que se preste a ello. Sus protagonistas pasan a ser cantantes accidentales, letristas espontáneos y one-hit wonders en el sentido más literal de la palabra. Los gregories ponen el resto: componen y graban los arreglos musicales, hacen los coros y montan un videoclip en el que se incluyen como parte de un extraño musical virtual. Por último, venden los temas en iTunes y se reparten los beneficios al 50% con sus cantantes accidentales.
Lo que empezó en 2008 como una serie de sátiras que pretendían subsanar la falta de cante y baile de un telediario corriente, pronto pasó a ser viral gracias a un intento frustrado de violación en el verano de 2010. La víctima era la hermana de Antoine Dodson, un joven afroamericano que amenazaba con un cabreo monumental al agresor de su hermana. El agresor en cuestión nunca apareció, pero la canción, «Bed Intruder», consiguió vender 10.000 copias en las primeras 48 horas desde su lanzamiento y entró al número 89 de la lista Billboard siendo el vídeo más visto de YouTube en 2010.
Después vendrían otros éxitos de la mano de Paul “Hungrybear” Vasquez, un hippie fondón al que la belleza del mundo lo abrumaba contemplando un arco iris doble en el parque nacional de Yosemite; Debbie, la amante de los gatos que intentaba grabar un vídeo de presentación para un portal de citas cuando la incapacidad de no poder abrazar a todos los gatos del mundo la hacía estallar en lágrimas o, más recientemente, Charles Ramsey, el peculiar rescatador de las chicas secuestradas en Cleveland.
Los Gregory Brothers no sólo han pasado de grabar en un estudio improvisado en el salón de sus casas y usar una sábana verde a modo de croma, a tener su propio estudio en Brooklyn y vivir de los frutos de su trabajo en Internet, sino que han llegado a estar nominados a los Emmy en la categoría de mejor edición y tienen su propia aplicación de autoafinación para usuarios de iOS y Android.
Recientemente, su canal ha superado la cifra de los dos millones de suscriptores y hemos querido hablar con Andrew Gregory, el más pelirrojo de los hermanos, para saberlo todo sobre el rincón más surrealistas de la red.
¿Sois conscientes de que habéis inventado un nuevo género musical en una época en la que mucha gente pensaba que ya estaba todo inventado?
Siempre hemos pensado que el historiador y futurólogo Francis Fukuyama era un idiota por sugerir que todo había sucedido ya en su famoso libro «El Fin de la Historia». Nos encanta haber contribuido a demostrar que se equivocaba junto a los smartphones, los conflictos internacionales y los gifs de gatos.
Tengo entendido que todo empezó porque Michael pasaba tanto tiempo en el estudio produciendo a otros artistas que cuando salía le parecía que la gente seguía cantando cuando hablaban…
Michael trabajaba en un estudio aquí en Nueva York cuando ocurrió aquel extraño estado de sueño. Hizo un vídeo centrado en los debates electorales de 2008 entre McCain y Obama y los demás nos unimos a él para el debate vicepresidencial entre Palin y Biden. Afortunadamente, todos resultaron ser unos magníficos cantantes accidentales o sino, probablemente, hubiéramos abandonado el proyecto.
A pesar del cante y el baile, vuestro proyecto empezó tratando temas políticos bastante serios. ¿Cuándo os disteis cuenta de que trabajabais en el mundo del meme?
Realmente, no concebimos lo que hacemos como memes. Hacemos canciones y vídeos musicales. Simplemente, resulta que nuestro proceso de creación es nuevo.
¡Canciones y vídeos musicales virales!
Fue muy emocionante que Auto-Tune The News pasara a ser viral. Al principio, toda la viralidad de nuestros vídeos procedía de nuestros padres y madres compartiéndolos en sus muros de Facebook.
Conseguir sacar videos virales antes de que pase la broma debe ser muy estresante, ¿no?
Parte de nuestro trabajo consiste en estar atentos a lo que sucede en Internet y, a veces, esperar a que llegue algo bueno puede ser frustrante. Tenemos suerte de que ahora nuestros fans nos ayuden a encontrar mucho material, pero la auténtica diversión llega una vez que empezamos a trabajar en las canciones y los vídeos. Por suerte, a todos nos gusta el sentimiento eléctrico de encontrar algo bueno y centrarnos en ello para sacarlo en un par de días.
Es curioso que muchos de vuestros éxitos tengan de fondo una noticia trágica y que, sin embargo, después de pasarla por vuestro filtro mágico consigáis que todo el mundo cante y baile al ritmo de un intento de violación o incluso del escabroso secuestro de las chicas de Cleveland. ¿En qué os fijáis a la hora de elegir los vídeos?
Los elegimos, principalmente, fijándonos en las cualidades como cantantes accidentales de sus protagonistas. Nos vemos a nosotros mismos, únicamente, como los encargados de amplificar cualquiera que sea el mensaje que el cantante accidental mande. En el caso de Antoine Dodson en Bed Intruder, un mensaje sincero de rabia al agresor de su hermana y en el de Charles Ramsey en Dead Giveaway, el relato vívido de un rescate heroico.
Entonces, ¿podría decirse que una de las cualidades más importantes en un cantante accidental es la vehemencia?
Cuando un cantante accidental habla con pasión lleva su discurso hablado a un tono muy cercano al discurso cantado. Joe Biden, uno de los mejores cantantes accidentales de todos los tiempos, es un buen ejemplo. Si lo escuchas gritar: “God bless America” al final de sus discursos te darás cuenta de que ya suena como si estuviera cantando a pleno pulmón.
¿Se ha mosqueado alguna vez alguno de vuestros cantantes accidentales?
No que nosotros sepamos.
Sois parte de la primera hornada de estrellas de YouTube (¡y de Internet!) de la historia. ¿Creéis ha matado YouTube a la estrella de la televisión?
Aunque nos gusta mucho trabajar en YouTube, lo bueno de la televisión es que, por ahora, sigue siendo un medio mucho mejor para formatos largos. Nosotros vemos la televisión porque nos gustan las historias largas y ninguna web ha cruzado aún esa línea y retado realmente a la televisión en términos de ofrecer una gran cantidad de buenos programas de larga duración.
Aparecer en la lista Billboard, estar nominados a los premios Emmy, que os llamen de los Oscars… ¿cuál ha sido la consecuencia más surrealista de abrir un canal de YouTube?
Puede que hacer el mix musical para los Oscars de 2011. Fuimos muy afortunados de que se pusieran en contacto con nosotros. Fue una experiencia increíble y surreal.
Últimamente estáis sacando sketchs de corte más clásico…
Habiamos tenido muchas ideas así en los últimos años y durante este último hemos empezado a trabajar con unos productores maravillosos en Maker Studios que nos han ayudado a realizar aquellos sueños. Estamos muy agradecidos de que, hasta ahora, nuestros fans hayan estado abiertos a acompañarnos en un extraño viaje musical.
A partir de ahora, el sueño de muchos niños será convertirse en estrellas de YouTube. En vuestro caso es cronológicamente imposible, así que ¿qué es lo que queríais ser cuando erais pequeños?
Aunque todos amamos la música y tocar, no estábamos muy seguros de lo que queríamos ser por lo que, otra vez, me viene a la mente lo afortunados que somos de habernos tropezado con una nueva pseudoprofesión que realmente nos gusta.
*Publicado en PlayGround el 10 de enero de 2014.