Foto: LITTLE
El teléfono móvil vibra a mi lado y me despierta de la siesta a la que he decidido abandonarme en vez de salir a exprimir cada segundo de mis últimos días de vacaciones. Total, Barcelona va a seguir estando ahí mañana, ¿no? Ya lo haré entonces…
Me incorporo en el sofá y, todavía más en sueños que en la realidad, decido que ya llamaré a mi madre más tarde. Es entonces, casi como por error, que veo la pantalla silenciada de la tele.
Se trata del mismo programa de todas las tardes, pero con el faldón de tus peores pesadillas: “Una Furgoneta”. “La Ramblas”. El teléfono sigue sonando.