Lo mejor y lo peor de dormir es que, al despertar, las cosas del día anterior parece que le hubieran sucedido a otra persona. ¿No os pasa a veces? A mí me sucede con frecuencia. Probablemente sea cosa de la ansiedad pero, no os voy a mentir, me resulta reconfortante. Si hay algo que a estas alturas ya he aprendido sobre mí misma es que no soy nada nostálgica y eso me gusta. El pasado sólo me resulta interesante cuando aún es presente y una vez pasado, pasado está. Lo peor es luego tener que llevarlo ya a cuestas para siempre y no poder deshacerte de él como de repente un día tiras a la basura unas viejas entradas de cine que has estado guardando durante demasiado tiempo. Incluso habiendo perdido la memoria y, por tanto, todos tus recuerdos, sigues apareciendo en los de los demás y eso no te lo quita nadie.
A mí esto de la vida se me está dando regular. No es ningún secreto. Todas las semanas tengo sesión con mi médico y todas las semanas mi médico me recuerda los pocos progresos que estoy haciendo. Ya lo sé. Ni recuerdo ni quiero recordar, tengo los ingresos mensuales de una adolescente y la vida es un examen que sé que voy a suspender. Pero esto va así. Cada uno tiene sus cosas.